Tan solo un año era lo que tenía, o menos, o casi un año, la cuestión es que cumplí años en otro lugar. Y cuando digo otro lugar, me refiero a otro lugar físico. Mis padres había decidido que era mejor para los tres vivir en Buenos Aires. Corría.. o mejor dicho finalizaba el año 1974. Había sido un año bastante difícil para los Giazzini, el mayor de los dos hombres de la familia había perdido su empleo, el menor casi ni hablaba, casi ni caminaba, y requería de pañales de tela para poder subsistir. La única mujer de los tres, mi madre, no daba a vasto con tener que lavar y cambiar pañales y además trabajar en el kiosco. Además como en todas las ciudades del país, se vivía con miedo. Miedo obviamente distribuido por el Gobierno, Perón había muerto y todo se había vuelto muy turbio. Sobre todo para Haydee Giusti de Giazzini, perdón, no la presenté, así se llama mi madre. Haydee era peronista. Miguel, mi padre, también, pero… por decirlo de alguna manera, Haydee creía en Perón, Miguel creía en Aldo Pedro Poy…
En fin.. no quiero hacerla más larga la cuestión que la dificultad de vivir en Rosario cada vez era mayor y se decidió en un consenso en el cual yo no participé, a mudarnos a Buenos Aires. Específicamente dejamos Rosario a mediados del año y nos ubicamos en una pequeña casa de Boedo, cerca de Av. La Plata. Allí cumplí mi primer año, comencé a charlar con mi madre, me golpeé la cabeza varias veces y fui testigo de cómo varios hinchas del club San Lorenzo de Almagro hacían alarde de su nuevo campeonato, colmando un estadio que no existe más y celebrando los miles y miles de goles que vinieron de la mano de Héctor Scotta, después me enteré que este campeonato iba a ser el último que celebraría en el estadio de Av. La Plata, a unas pocas cuadras de donde había vivido. Y que también, este campeonato sería el que marcaría el final de la época dorada de la institución. Igualmente, de todo esto me enteré muchos años después, en ese momento calculo que me parecía más interesante hacer que el viejo me cargue en andas o escuchar sus discretas puteadas a los “cuervos” o bien sentir las caricias de Haydee.
La Posta del Futbol
jueves, 23 de septiembre de 2010
martes, 24 de agosto de 2010
Me presento….22 de Diciembre de 1973
Hola… no tengo muy en claro cómo empezar esto, si bien soy joven no soy muy asiduo a estos temas. Calculo que por eso comienzo diciendo “hola” como un boludo, a sabiendas que nadie me contestará. Para empezar, mi nombre es Ariel Giazzini, soy argentino y me considero músico, interprete, compositor, no se mucho de diseño, por lo tanto pido disculpas por los colores de mi blog y las cosas que las componen…
Viví en muchos, o en casi todos los barrios porteños, en muchas partes de la provincia de Buenos Aires y un poco en Rosario, Santa Fe, (todo en Argentina, jamás salí del país) Nunca me establecí demasiado tiempo en un solo lugar, no me gusta, pero acepto ser nómade, tengo mis motivos para serlo, me cuesta mucho recordar un solo lugar como propio, no tengo, como la gran mayoría, recuerdos de una infancia en tal o cual casa, a veces me atrapan ciertos olores o sonidos que me remiten, pero ya hoy en día se me mezclan un poco las ideas, los barrios, los años y los espacios, al estilo de poder hacer mentalmente una casa que nunca existió con todos los pequeños metros cuadrados que recuerdo, lo cual parece el resultado de un arquitecto borracho. Al margen de todo esto, si me preguntan de dónde soy, me considero Rosarino, nací ahí, un 22 de diciembre de 1973.
He aquí una de las respuestas a todo esto. Por que imagino alguien habrá leído el nombre del blog, y habrá llegado aquí pensando encontrarse con chismes, verdades, mitos de uno o por qué del deporte más importante del país… Bueno, por un lado si, aquí encontrarán respuestas que ni los más agudos periodistas dirán, pero también encontrarán una historia de vida.
Una vida signada por esa fecha y ese lugar y lo que sucedió Rosario, 22 de diciembre de 1973, primer campeonato de Rosario Central. Nací en una clínica privada en la zona norte de la ciudad, mi padre, hijo de italianos, obrero recibió a su primer hijo al grito de “Dale Campeón” cuando el enfermero fue avisarle que era un varón… el enfermero después abrazó a mi viejo y se sumó al festejo y de hecho fue con mi padre al registro civil con la invención de anotarme como “Azul Amarillo Giazzini” o “Ariel Central Giazzini”…o “Académico Giazzini”, por suerte en ese momento no se podía poner cualquier nombre, no te dejaban y punto. Entonces insistió con llamarme Aldo Pedro, Norberto o Roberto, y menos mal que cayó mi tía Elvira, (hermana de mi madre) que no lo permitió tampoco, sino me llamaría igual que un 60 % de los que nacieron por aquellos tiempos, nadie era demasiado original, y si señores, el futbol comió las cabezas de los argentinos desde que nació.
Pero bueno, como les decía, mi vida se marcó a partir de ese día, yo no nací solo, llegué con una maldición bajo el brazo. Leído así parece algo terrible, lo es, pero por suerte lo es solo para mí, mi maldición jamás hirió a nadie, solo a mi. Dentro de lo malo, es algo positivo, para el resto del mundo. De hecho, con el correr de estos pequeños… llamémoslos “desahogos virtuales” se irán dando cuenta que mi problema es para otros tantos una extrema alegría.
No culpo a mi viejo, ni a mi vieja, mucho menos a Rosario pero sepan que ahí comenzó todo este calvario. Pero bueno, se irán enterando de qué trata todo esto, hacia dónde voy y de dónde vengo, me gustaría poder contarles de mi música, hablar de otra cosa, pero ya no puedo seguir ocultando esta verdad que si, por si alguien tiene alguna duda, tiene que ver con el fútbol, pero también tiene que ver con una vida, con mi vida.
Nos vemos la próxima!
Viví en muchos, o en casi todos los barrios porteños, en muchas partes de la provincia de Buenos Aires y un poco en Rosario, Santa Fe, (todo en Argentina, jamás salí del país) Nunca me establecí demasiado tiempo en un solo lugar, no me gusta, pero acepto ser nómade, tengo mis motivos para serlo, me cuesta mucho recordar un solo lugar como propio, no tengo, como la gran mayoría, recuerdos de una infancia en tal o cual casa, a veces me atrapan ciertos olores o sonidos que me remiten, pero ya hoy en día se me mezclan un poco las ideas, los barrios, los años y los espacios, al estilo de poder hacer mentalmente una casa que nunca existió con todos los pequeños metros cuadrados que recuerdo, lo cual parece el resultado de un arquitecto borracho. Al margen de todo esto, si me preguntan de dónde soy, me considero Rosarino, nací ahí, un 22 de diciembre de 1973.
He aquí una de las respuestas a todo esto. Por que imagino alguien habrá leído el nombre del blog, y habrá llegado aquí pensando encontrarse con chismes, verdades, mitos de uno o por qué del deporte más importante del país… Bueno, por un lado si, aquí encontrarán respuestas que ni los más agudos periodistas dirán, pero también encontrarán una historia de vida.
Una vida signada por esa fecha y ese lugar y lo que sucedió Rosario, 22 de diciembre de 1973, primer campeonato de Rosario Central. Nací en una clínica privada en la zona norte de la ciudad, mi padre, hijo de italianos, obrero recibió a su primer hijo al grito de “Dale Campeón” cuando el enfermero fue avisarle que era un varón… el enfermero después abrazó a mi viejo y se sumó al festejo y de hecho fue con mi padre al registro civil con la invención de anotarme como “Azul Amarillo Giazzini” o “Ariel Central Giazzini”…o “Académico Giazzini”, por suerte en ese momento no se podía poner cualquier nombre, no te dejaban y punto. Entonces insistió con llamarme Aldo Pedro, Norberto o Roberto, y menos mal que cayó mi tía Elvira, (hermana de mi madre) que no lo permitió tampoco, sino me llamaría igual que un 60 % de los que nacieron por aquellos tiempos, nadie era demasiado original, y si señores, el futbol comió las cabezas de los argentinos desde que nació.
Pero bueno, como les decía, mi vida se marcó a partir de ese día, yo no nací solo, llegué con una maldición bajo el brazo. Leído así parece algo terrible, lo es, pero por suerte lo es solo para mí, mi maldición jamás hirió a nadie, solo a mi. Dentro de lo malo, es algo positivo, para el resto del mundo. De hecho, con el correr de estos pequeños… llamémoslos “desahogos virtuales” se irán dando cuenta que mi problema es para otros tantos una extrema alegría.
No culpo a mi viejo, ni a mi vieja, mucho menos a Rosario pero sepan que ahí comenzó todo este calvario. Pero bueno, se irán enterando de qué trata todo esto, hacia dónde voy y de dónde vengo, me gustaría poder contarles de mi música, hablar de otra cosa, pero ya no puedo seguir ocultando esta verdad que si, por si alguien tiene alguna duda, tiene que ver con el fútbol, pero también tiene que ver con una vida, con mi vida.
Nos vemos la próxima!
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